Cultivares de soja: la clave para un control de enfermedades más efectivo

Según Ricardo Balardin, CRO de DigiFarmz, el error radica en enfocarse únicamente en los fungicidas e ignorar otros factores críticos.


El control de enfermedades en la soja ha evolucionado, pero los desafíos persisten. Desde la aparición de la roya asiática de la soja a principios de los 2000, los productores han enfrentado una creciente resistencia a los fungicidas. Al principio, los nuevos fungicidas parecían resolver el problema, pero en 2007 comenzaron a surgir problemas de resistencia debido al uso excesivo de aplicaciones curativas.

Esto llevó a la introducción de fungicidas protectores, inicialmente en mezclas en tanque y, más tarde, en formulaciones premezcladas con productos sistémicos. Además, los bioproductos, activadores de defensa y promotores del crecimiento vegetal se han incorporado a los programas de manejo de enfermedades. Sin embargo, a pesar de las aplicaciones más frecuentes, las enfermedades siguen amenazando los rendimientos de la soja.

¿Qué estamos pasando por alto en el manejo de enfermedades?

Ricardo BalardinSegún Ricardo Balardin, agrónomo, doctor en fitopatología y CRO de DigiFarmz, el error radica en enfocarse únicamente en los fungicidas e ignorar otros factores críticos. “Las enfermedades resultan de la interacción entre el patógeno, el ambiente y el hospedante. Durante años, el control químico predominó y descuidamos el papel de la genética de la soja”, explica.

Desde 2007, la investigación ha demostrado que los cultivares de soja influyen significativamente en la eficacia de los fungicidas. Factores como la tasa de absorción, el metabolismo, la movilidad y la sensibilidad del patógeno impactan los resultados del control de enfermedades.

Aun así, la selección de fungicidas sigue basándose principalmente en los patógenos, sin considerar en profundidad la genética varietal. Este problema no es exclusivo de Brasil. “En el Medio Oeste de EE.UU., la aplicación de fungicidas en soja era poco común hasta 2017/18, cuando los productores se dieron cuenta de que la rentabilidad dependía de la combinación correcta de fungicidas y el momento óptimo de aplicación”, señala Balardin. Ensayos regionales también indican que los cultivares influyen en el desempeño de los fungicidas.

Los cultivares como pieza clave en el control de enfermedades

Elegir el cultivar adecuado puede marcar la diferencia en los programas de control químico. Sin embargo, hay una preocupante tendencia a reducir la inversión en el manejo de enfermedades, lo que podría debilitar aún más las estrategias de control.

“El futuro del control de enfermedades en la soja sigue siendo incierto”, advierte Balardin. “Sin un enfoque integrado basado en la ciencia, el riesgo de pérdidas de rendimiento aumenta”.

¿La solución? Una estrategia de manejo que vaya más allá de los fungicidas, considerando la genética de los cultivares, las condiciones ambientales y el momento óptimo de aplicación. Solo así los productores podrán maximizar el control de enfermedades y garantizar una productividad sostenible a largo plazo.

Fabiana Duarte
Communication advisory
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