Evolución genética: por qué la soja exige un manejo de enfermedades cada vez más eficaz

El cambio trajo beneficios innegables, pero también impuso nuevos desafíos para el productor y el consultor técnico.


En los últimos 30 años hemos acompañado un avance notable en el mejoramiento genético de la soja. Si antes teníamos variedades con ciclo más largo, gran área foliar y fuerte crecimiento vegetativo, hoy la realidad es otra: plantas con arquitectura más compacta, menor masa foliar y con un enfoque mucho mayor en la productividad. Este cambio trajo beneficios innegables, pero también impuso nuevos desafíos al productor y al consultor técnico.

Al observar los cultivos actuales, queda evidente que la arquitectura de la planta pasó a exigir un cuidado distinto. Con menos hojas disponibles, cada unidad fotosintética se convirtió en un recurso fundamental. Por eso suelo decir: en la soja moderna, cada hoja importa. La pérdida foliar no es solo un detalle: impacta directamente en la productividad final.

La presión de las enfermedades en el campo

El escenario fitosanitario de la soja en Brasil es complejo. Tenemos una combinación de condiciones ambientales favorables al desarrollo de enfermedades y una diversidad de patógenos que afectan el cultivo. Entre ellos destaco dos que siguen siendo determinantes para la rentabilidad: la mancha ojo de rana (mancha-alvo) y la roya asiática.

La mancha ojo de rana puede causar pérdidas de hasta el 40% de la producción y la roya, más agresiva, puede comprometer hasta el 90% del potencial productivo. En un cultivo que ocupa más de 40 millones de hectáreas en el país, esas cifras representan un impacto económico gigantesco, que no puede ser ignorado.

El gran punto es que el manejo no puede ser reactivo. Esperar los primeros síntomas es, muchas veces, demasiado tarde. El agricultor necesita planificar, conocer el ciclo de la variedad que eligió, entender el comportamiento de la planta y anticiparse a las condiciones de riesgo. Eso significa adoptar una estrategia fungicida estructurada, consistente y de carácter preventivo, respetando los momentos críticos del cultivo.

Fitotoxicidad: el desafío invisible

La reducción del área foliar, consecuencia de la evolución genética, trajo otro desafío que muchas veces pasa desapercibido: la fitotoxicidad. En plantas más compactas, los efectos de un producto mal posicionado o inadecuado se vuelven más severos.

Si antes existía un “margen de tolerancia” mayor, hoy la realidad es diferente. Una lesión causada por un producto fitotóxico puede comprometer significativamente el área fotosintética disponible. En otras palabras, la planta tiene menos hojas y, por lo tanto, menos capacidad de compensar. Eso significa que el error cuesta más caro.

Por eso, es fundamental que agricultores y consultores sean criteriosos en la selección de defensivos, en el momento de la aplicación y en las mezclas utilizadas. Un manejo cuidadoso es, al mismo tiempo, protección contra enfermedades y contra pérdidas inducidas por el uso incorrecto de la propia tecnología.

El futuro del manejo de enfermedades en la soja

Mirando hacia el futuro, creo que el manejo de enfermedades pasará cada vez más por la integración entre conocimiento técnico, investigación aplicada y tecnología digital. La realidad del campo se está volviendo más compleja: ciclos más cortos, mayor presión de enfermedades y necesidad de respuestas rápidas.

En este contexto, la toma de decisiones basada solo en la experiencia o en prácticas tradicionales ya no es suficiente. Es necesario usar datos, modelos predictivos e inteligencia agronómica para orientar el manejo con precisión.

Es exactamente en este punto donde veo la contribución de DigiFarmz. Nuestro propósito es transformar ciencia en recomendaciones prácticas, permitiendo que agricultores y consultores tengan acceso a información que respalde decisiones más rápidas, seguras y rentables. No se trata solo de aplicar fungicidas, sino de aplicar de la manera correcta, en el momento adecuado y con base en evidencia sólida.

La evolución genética de la soja trajo ganancias importantes, pero también elevó el nivel de responsabilidad en el manejo. Cada hoja pasó a tener un valor relevante dentro del cultivo. Proteger esa estructura es, en última instancia, proteger el potencial productivo de la cultura.

Nos corresponde a nosotros, como sector, unir experiencia, ciencia y tecnología para enfrentar los desafíos actuales y preparar el campo para los próximos. Al fin y al cabo, cuidar el manejo de enfermedades es cuidar no solo de la cosecha, sino también de la sostenibilidad del agro brasileño.

Sobre DigiFarmz

DigiFarmz es una agtech que desarrolla soluciones inteligentes para el manejo agrícola, conectando ciencia, tecnología y datos de campo, y ofrece recomendaciones agronómicas que apoyan a productores, consultores y empresas del sector en la búsqueda de mayor eficiencia, productividad y sostenibilidad.

Ricardo Balardin – CSO & Fundador de DigiFarmz, ingeniero agrónomo, maestro en Fitotecnia/Fitopatología y Ph.D. por la Michigan State University

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